El trastorno bipolar, una grave enfermedad mental que afecta a millones de personas, a menudo se malinterpreta. Las personas con bipolar I, bipolar II o ciclotimia experimentan intensos cambios de humor, desde períodos de elevada energía y felicidad (manía o hipomanía) hasta profunda tristeza y pérdida de interés (depresión). Estos episodios no son sólo fluctuaciones emocionales; pueden alterar significativamente la vida diaria, las relaciones e incluso provocar conductas de riesgo.
El estigma que rodea a esta afección hace que sea más difícil para los afectados buscar ayuda, lo que destaca la importancia de una comprensión precisa. Aquí hay un desglose de siete mitos comunes sobre el trastorno bipolar, refutados con hechos:
Mito 1: El trastorno bipolar sólo afecta el estado de ánimo
Si bien los cambios de humor extremos son fundamentales para el trastorno bipolar, la afección tiene efectos físicos de gran alcance. La depresión grave puede provocar fatiga física, pérdida de peso e incluso ideas suicidas. La manía puede causar comportamiento imprudente, disminución de la necesidad de dormir y, en casos extremos, psicosis : una pérdida de contacto con la realidad marcada por alucinaciones o delirios. Estos episodios no son sólo sentimientos; son estados impulsados neurológicamente que afectan a todo el cuerpo.
Mito 2: El trastorno bipolar es fácil de diagnosticar
El diagnóstico erróneo es común, especialmente en mujeres, donde el trastorno bipolar se confunde frecuentemente con el trastorno depresivo mayor (TDM). Algunas personas experimentan más episodios depresivos que maníacos, lo que hace que la afección sea más difícil de identificar. Los antidepresivos recetados para el TDM en realidad pueden empeorar los síntomas bipolares y desencadenar episodios maníacos o hipomaníacos. Un diagnóstico correcto es crucial; Retrasar el tratamiento puede provocar años de sufrimiento innecesario.
Mito 3: El trastorno bipolar tiene el mismo aspecto en todos
La presentación del trastorno bipolar varía significativamente según el tipo:
- Bipolar I: Definido por al menos un episodio maníaco de una semana de duración que puede requerir hospitalización. La manía no tratada puede provocar la pérdida del empleo y la inestabilidad.
- Bipolar II: Caracterizado por episodios hipomaníacos (manía menos grave) que duran al menos cuatro días, alternando con episodios depresivos.
- Ciclotimia: La forma más leve, con cambios de humor menos graves pero crónicos durante al menos dos años.
Cada subtipo requiere un tratamiento personalizado.
Mito 4: Las personas con trastorno bipolar son maníacas o están deprimidas
Las personas con trastorno bipolar también pueden experimentar estados de ánimo neutrales, períodos en los que no se sienten ni intensamente felices ni profundamente tristes. La frecuencia de los cambios de humor varía; algunos tienen un ciclo rápido (cuatro o más episodios por año), mientras que otros experimentan transiciones más lentas. Identificar los primeros signos de un episodio inminente es clave para controlar la afección de forma eficaz.
Mito 5: El trastorno bipolar no pone en peligro la vida
Las personas con trastorno bipolar tienen un riesgo de suicidio significativamente mayor que la población general. Hasta el 19% muere por suicidio y el 50% lo intenta. Los retrasos en el diagnóstico, los episodios depresivos prolongados y el trauma por hospitalización involuntaria contribuyen a este riesgo. La vergüenza y el arrepentimiento después de episodios maníacos también pueden desencadenar depresión.
Mito 6: La manía aumenta la productividad
Si bien la manía puede parecer fortalecedora al principio, sus beneficios son fugaces. La energía elevada y la importancia personal exagerada a menudo van seguidas de confusión, irritabilidad y comportamientos riesgosos como el juego o el gasto imprudente. La “productividad” durante la manía es a menudo insostenible y, en última instancia, destructiva.
Mito 7: Las personas con trastorno bipolar no pueden llevar una vida sana
Un tratamiento eficaz permite a las personas con trastorno bipolar funcionar bien y llevar una vida plena. Una combinación de medicamentos estabilizadores del estado de ánimo, terapia y ajustes en el estilo de vida puede controlar los síntomas. Encontrar el medicamento adecuado a menudo requiere prueba y error, mientras que la psicoterapia ayuda a las personas a identificar los desencadenantes y desarrollar mecanismos de afrontamiento. También son fundamentales los grupos de apoyo, el ejercicio regular, evitar el abuso de sustancias y mantener un horario de sueño constante.
El trastorno bipolar es una afección tratable, no una cadena perpetua. Con el apoyo y la gestión adecuados, las personas pueden vivir una vida sana y productiva.
Recursos: Para obtener más información y apoyo, consulte fuentes confiables como Depression and Bipolar Support Alliance o busque orientación de profesionales calificados en salud mental.



















