Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) han actualizado silenciosamente los términos de sus subvenciones, lo que facilita que la agencia cancele la financiación de la investigación en cualquier momento. Este cambio, implementado a través de un aviso de “Términos y condiciones actualizados de las subvenciones” el 18 de noviembre de 2025, introduce una nueva ambigüedad en el proceso de subvención, lo que podría desestabilizar los proyectos de investigación a largo plazo y desalentar las investigaciones científicas de alto riesgo y alta recompensa.
Los nuevos términos: la vaguedad como herramienta
Históricamente, las subvenciones de los NIH podían retirarse por fraude, incumplimiento o producción científica demostrablemente deficiente. La reciente actualización, sin embargo, introduce un nuevo nivel de discreción. Los NIH ahora se reservan el derecho de cancelar la financiación si un proyecto “ya no cumple con los objetivos del programa o las prioridades de la agencia”. El término “efectuar” –que significa “provocar”– es deliberadamente vago y rara vez se utiliza fuera de contextos burocráticos. Esta ambigüedad, junto con “objetivos del programa” indefinidos, otorga a los administradores una amplia libertad para justificar los recortes de fondos.
El cambio se formaliza incorporando este lenguaje directamente en la concesión de subvenciones. El 2 C.F.R. § 200.340 anteriormente restringía las terminaciones unilaterales a menos que se incluyeran explícitamente en el acuerdo de subvención. Ahora, los NIH se están asegurando de que esta cláusula de rescisión sea estándar en todas las adjudicaciones nuevas y renovaciones, eludiendo efectivamente las salvaguardias legales.
Por qué esto es importante: inestabilidad en la investigación
Este cambio de política no es sólo de procedimiento; introduce un riesgo significativo para los investigadores. Los proyectos científicos, especialmente aquellos con plazos a largo plazo, requieren estabilidad. Los investigadores necesitan contratar personal, asegurar recursos y seguir líneas de investigación complejas sin la amenaza constante de recortes arbitrarios de financiación. Los nuevos términos socavan esta estabilidad, creando un clima de incertidumbre.
La administración Trump ya ha demostrado su voluntad de cancelar las subvenciones en función de las prioridades políticas cambiantes. La vaguedad de la nueva política amplía este poder, permitiendo potencialmente recortes de fondos basados en interpretaciones subjetivas de los “objetivos del programa”. Esto podría desincentivar a los investigadores a la hora de emprender proyectos controvertidos o políticamente impopulares, pero científicamente valiosos.
Implicaciones para la integridad científica
Las consecuencias se extienden más allá de las pérdidas inmediatas de financiación. La mayor inestabilidad desalienta la inversión a largo plazo en carreras de investigación. Los científicos talentosos pueden abandonar el campo por completo, acelerando una fuga de cerebros que ya afecta a Estados Unidos. La falta de financiación obliga a los investigadores a priorizar proyectos “seguros” a corto plazo sobre investigaciones innovadoras pero arriesgadas. Esto podría sofocar la innovación y, en última instancia, dañar la salud pública al retrasar descubrimientos críticos.
La medida también plantea preocupaciones sobre la politización de la ciencia. Cuando las decisiones de financiación están sujetas a discreción administrativa arbitraria, las agendas de investigación se vuelven vulnerables a la influencia política más que al mérito científico. Esto erosiona la integridad del proceso de investigación y socava la confianza pública en las políticas basadas en evidencia.
La perspectiva a largo plazo
Los nuevos términos de los NIH efectivamente cambian la dinámica de poder a favor de la agencia, otorgándole un mayor control sobre la financiación de la investigación. Este cambio probablemente conducirá a una mayor inestabilidad, una menor innovación y una mayor erosión de la confianza en la empresa científica estadounidense. A menos que se impugne mediante acciones legales o una revocación de políticas, esta decisión podría tener consecuencias de gran alcance para la investigación médica, la salud pública y el futuro de la ciencia estadounidense.



















