El nuevo tratamiento contra la malaria muestra una alta tasa de curación en medio de los esfuerzos globales en curso

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Un nuevo fármaco contra la malaria, GanLum (ganaplacide/lumefantrina), ha demostrado una tasa de curación del 97,4 % en ensayos de última etapa, lo que ofrece una mejora significativa con respecto a los tratamientos existentes. Desarrollado por Novartis en asociación con Medicines for Malaria Venture, este avance se produce mientras las organizaciones de salud globales continúan luchando contra una enfermedad que afecta de manera desproporcionada a los niños en África.

La persistente amenaza de la malaria

La malaria, una enfermedad transmitida por mosquitos, sigue siendo una importante crisis de salud pública. Históricamente, se ha cobrado entre 150 y 300 millones de vidas en todo el mundo sólo durante el siglo XX. Hoy en día, casi 600.000 personas mueren anualmente a causa de esta enfermedad, y más de 500.000 muertes ocurren en África, donde la gran mayoría de las víctimas son niños menores de cinco años. La magnitud de este problema exige una innovación continua.

Décadas de progreso y resistencia emergente

Desde 2000, los avances en medicamentos y vacunas contra la malaria, combinados con la distribución de mosquiteros, han reducido las muertes anuales por malaria en aproximadamente un 30%. Sin embargo, la aparición de cepas resistentes a los medicamentos amenaza estos logros. Los datos del ensayo de fase 3 de GanLum, presentados recientemente en la reunión de la Sociedad Estadounidense de Medicina e Higiene Tropical, sugieren que podría ser una herramienta crucial para superar este desafío. Novartis también tiene en desarrollo medicamentos adicionales contra la malaria de próxima generación para abordar la creciente resistencia.

Una historia del desarrollo de los antipalúdicos

La lucha contra la malaria ha sido larga. La quinina se utilizó por primera vez como tratamiento hace casi 400 años, seguida de la cloroquina en la década de 1930. Un importante punto de inflexión se produjo en la década de 1970 con el descubrimiento de la artemisinina por parte de la científica china Tu YouYou, quien más tarde ganó el Premio Nobel por su trabajo. La artemisinina se convirtió en la base de una serie de terapias antipalúdicas eficaces, incluido el arteméter, que fue vital para combatir las cepas resistentes.

Terapias combinadas modernas y formulaciones pediátricas

La siguiente evolución fueron los productos combinados de dosis fija, como Coartem (arteméter y lumefantrina), lanzado en 1999. Coartem, recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ahora está disponible en una formulación soluble con sabor a cereza llamada Coartem Baby, diseñada para una fácil administración a los bebés. Novartis tiene la intención de hacer que este tratamiento esté ampliamente disponible sin fines de lucro en las regiones endémicas.

Esfuerzos mundiales de financiación y vacunación

La batalla contra la malaria también se ha visto reforzada por la financiación internacional, en particular a través del Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria, que movilizó recursos sustanciales. En los últimos años también se han desarrollado vacunas contra la malaria, incluida Mosquirix (RTS, S/AS01), que ha demostrado una reducción del 13 % en la mortalidad infantil en programas piloto. La OMS también ha respaldado la vacuna R21/Matrix-M, que es más rentable.

Mirando hacia el futuro

Se prevé que la demanda de vacunas contra la malaria alcance 40 a 60 millones de dosis en toda África para 2026. UNICEF y Gavi han firmado un acuerdo para adquirir vacunas contra la malaria asequibles para siete millones de niños más durante los próximos cinco años. A pesar de este progreso, la OMS advierte que los logros podrían verse amenazados por recortes de fondos, como los implementados durante la administración Trump, que llevaron a reducciones significativas de personal dentro de la Iniciativa contra la Malaria del Presidente.

El éxito a largo plazo del control de la malaria depende de una inversión sostenida en investigación, desarrollo y cooperación global. Nuevos tratamientos como GanLum, combinados con mayores esfuerzos de vacunación, ofrecen un camino tangible hacia la reducción de la carga de esta enfermedad mortal, pero el apoyo político y financiero sigue siendo fundamental.